Tal día como hoy , un viernes 10 de agosto del año 1923, el pintor impresionista Joaquín Sorolla y Bastida moría en Cercedilla a la edad de 60 años.

El genio valenciano, que trató como nadie la percepción de la luz, pasó sus últimos días en «Villa Sorolla» o «Casa Coliti»,  el hotelito dónde veraneaba junto a su familia, situado en la que hoy es la calle Pintor Sorolla de Cercedilla.

FOTO 1 sorollaAutoretrato de Joaquín Sorolla, 1909.

El pintor naturalista vino a Cercedilla en busca de aire puro y bienestar para la recuperación de su hija Elena, enferma de tuberculosis. En 1920,  Sorolla sufrió una hemiplejia que le obligó a abandonar poco a poco los pinceles. Tres años después murió en Cercedilla.

FOTO 2 SorollaEnlace de la hija de Joaquín Sorolla en «Casa Coliti», Cercedilla, 1922. Archivo Ragel.

La crónica del diario «La Época» del sábado 11 de agosto de 1923 relata :

«El hotelito de Cercedilla donde Sorolla pasaba el verano fue escenario de su fallecimiento. Quizá el destino quiso que fuese, allí y no en Madrid, rodeado de esa libertad al aire libre que él tanto buscaba. Verde y montañas al sol, con aquellos paisajes que pintó cuando su María estaba enferma». «La dolorosa noticia recorrió Cercedilla rapidamente y la casa fue visitada por amigos de la familia y admiradores de su arte, acompañando a su inconsolable Clotilde y desfilando ante el cadáver. Todo el pueblo de Cercedilla estuvo allí hasta la despedida, aquella tarde que el féretro fue conducido a Madrid».

FOTO 3 sorollaFotografía de Pepe Campúa realizada a Sorolla con su mujer Clotilde en Cercedilla pocos días antes de morir.

La fotografía se publicó en «Mundo Gráfico», pocos días después de la desaparición del artista, 1923.

Gran parte del legado del artista se puede ver actualmente en el Museo Sorolla de la calle General Martínez Campos de Madrid.

FOTO 4 SorollaTormenta sobre Peñalara, Joaquín Sorolla, 1906.